Según estudios de Naciones Unidas, 9 de cada 10 personas respiran aire contaminado debido a las emisiones de CO2 y otras actividades humanas.

También sabemos que pasamos entre un 80 y un 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados (casas y oficinas principalmente). No se puede afirmar con cifras el alcance de las consecuencias de respirar aire contaminado o de mala calidad, pero sí que sabemos que influye en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, del aparato respiratorio, y empeora la calidad de todas nuestras actividades cotidianas disminuyendo nuestro rendimiento, nuestra capacidad de concentración y nuestras capacidades físicas. Conclusión: la calidad del aire es un elemento de vital importancia para nuestra salud.

¿Cómo puede ayudarnos una vivienda Passivhaus a mejorar la calidad el aire que respiramos?

Por un lado, los edificios Passivhaus tienen una alta eficiencia energética como consecuencia de una demanda de energía muy baja. Emiten unos niveles de CO2 a la atmósfera muy bajos, contribuyendo así a mejorar la calidad del aire exterior.

Por otra parte, las construcciones que cumplen con el estándar Passivhaus garantizan la óptima calidad del aire en el interior de las viviendas. La clave es el sistema de ventilación mecánica forzada. Este sistema es el auténtico “pulmón” de las viviendas. Te garantiza una ventilación continua, con el caudal adecuado, sin necesidad de abrir las ventanas y sin pérdida de calor y es altamente eficiente. 

Es un sistema de ventilación de doble flujo con recuperación de calor que nos permiten renovar el aire contaminado del interior introduciendo aire limpio del exterior y recuperando la mayor parte de la energía en el proceso. Y, en caso de que el aire exterior esté muy contaminado, este equipo nos permite filtrarlo antes de introducirlo al edificio. 

Los filtros que utilizamos en nuestros edificios son capaces de filtrar partículas de tamaño > 1 μm, como arena, polen polvo, hongo, moho y aproximadamente el 65% de las partículas ≤ 1 μm: Virus, bacterias, nanopartículas, hollín, etc. Evitamos así la entrada de contaminantes, lo que a corto y largo plazo revierte directamente en nuestra salud.

La construcción Passivhaus cuenta también con una envolvente hermética al paso de aire pero que permite el paso de vapor de agua; lo que unido al sistema de ventilación mecánica, garantiza la calidad del aire interior y la no proliferación de microorganismos nocivos para la salud.

Aire fresco y limpio, a la temperatura idónea y el grado de humedad perfecto son sinónimos de salud y calidad de vida.