El color en decoración crea atmósferas y ambientes para cada espacio. Estos ambientes influyen directamente en las personas que habitan estos espacios, pues los colores repercuten en el tiempo de estadía en un espacio, el estado de ánimo, comportamiento, forma de actuar, la eficiencia en el trabajo y la calidad de vida.

El color puede ampliar los espacios, fijar la atención en un punto o elemento protagonista, crear transiciones entre un espacio y otro o delimitar visualmente áreas de paso o estancias. Para poder hacer una selección óptima de color para un espacio, no sólo tendremos en cuenta las tendencias sino también el clima, los acabados, los materiales constructivos con los que convivirá, las entradas de luz natural y su orientación y también las luces artificiales.

Para elegir el color en una obra o vivienda tendremos presente una serie de factores:

Podemos crear espacios fríos o calurosos: Cada color que utilizamos para crear espacios acogedores, puede clasificarse perfectamente de acuerdo a su pigmentación, y de esta manera permitir que la luz de los rayos del sol se absorban de menor a mayor intensidad, permitiendo así ambientes más fríos o calurosos.

Con su uso logramos efectos figura-fondo: Existe una estrecha relación entre el color y cada uno de los objetos que introducimos en la decoración de los espacios. Esto influye directamente en cómo se percibirá el lugar y además transformará las dimensiones del mismo.

El color comunica y provoca emociones: A través del color, las personas pueden experimentar sensaciones diversas y esto a su vez, les permite comunicar emociones, inspirarse y finalmente actuar de una forma determinada ante cualquier evento. A la hora de decidirnos por una determinada paleta de colores para vestir nuestros espacios, lo más seguro es que terminemos eligiendo aquellos colores que nos inspiren algún tipo de sensación.

Si vas a elegir una paleta de colores para vestir tu hogar, te dejamos algunas ideas y consejos para que te puedas inspirar.

Los blancos. El blanco es un color neutro, es elegante y se puede usar como base para asentar la decoración de cualquier espacio. Dentro de los blancos, podemos optar por blancos ópticos o por blancos rotos, que adoptarán matices que tiendan al gris, beige, verdoso o azulado. Combinarán con una gran variedad de elementos, colores, materiales y texturas.

Los colores cálidos, como los beiges, tierras, amarillos, naranjas, rojos y aquellos verdes que llevan mucha proporción de amarillo en su composición, crean estancias acogedoras y confortables.

Los colores fríos como los azules, los violetas, los verdes que llevan mucho azul en su composición crean ambientes con un efecto visual de amplitud y limpieza y son especialmente apropiados por ejemplo para zonas de trabajo.

Los colores suaves conseguirán ambientes más tranquilos y armónicos mientras que si te decantas por colores muy saturados o brillantes obtendrás estancias optimistas y vitales.